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Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia,
[1] más conocido como Mario Benedetti (
14 de septiembre de
1920,
Paso de los Toros -
17 de mayo de
2009,
Montevideo), fue un
escritor y
poeta uruguayo integrante de la
Generación del 45, a la que pertenecen también
Idea Vilariño y
Juan Carlos Onetti, entre otros. Su prolífica producción literaria incluyó más de 40 libros, los cuales fueron traducidos a 20 idiomas.Mario Benedetti nació el
14 de septiembre de
1920 en
Paso de los Toros,
Uruguay. Fue hijo de
Brenno Benedetti y Matilde Farugia, quienes lo bautizaron con cinco nombres, siguiendo sus costumbres italianas.
Residió en Paso de los Toros junto a su familia durante sus primeros dos años de edad, para luego trasladarse con ellos a
Tacuarembó por asuntos de negocios. Luego de una fallida estadía en ese sitio (donde fueron víctimas de una estafa
[2] ), la familia se trasladó a
Montevideo, cuando Mario Benedetti tenía cuatro años de edad. En
1928 inicia sus estudios primarios en el Colegio Alemán de Montevideo, de donde es retirado en
1933. En consecuencia, ingresa al Liceo Miranda por un año. En
1934 hace ingreso a la Escuela Raumsólica de Logosofía. Sus estudios secundarios los realizó de manera incompleta en
1935, en el Liceo Miranda, para continuar de manera libre, por problemas económicos. Desde los catorce años trabajó en la empresa Will L. Smith, S.A., repuestos para automóviles.
Entre
1938 a
1941 residió casi continuamente en
Buenos Aires,
Argentina.En
1945 se integró al equipo de redacción del semanario
Marcha, donde permaneció hasta
1974, año en que fue clausurado por el gobierno de
Juan María Bordaberry. En
1954 es nombrado director literario de dicho semanario.
POEMA DE BENEDETTI:
Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte la leche de los senos como de un manantial, por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal. Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal, porque tu ser pasara sin pena al lado mío y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-. Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más y más.